Otoño en Murnau (1908), de Wassily Kandinsky
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Acaso el mar.
Tampoco. El hombre acaso.
Es el otoño.
Hermoso dios. La tierra
roja, La piedra,
roja. Acaso, un árbol
como la sangre.
Hermoso dios. La piedra
y el hombre.
Es el otoño.
Entonces. Caminábamos
hacia la cima. El
mar en letra impresa.
Corto en palabras,
pero en olas ancho.
(...)
Gallarta
Blas de Otero
(recogido
en el libro Pido la paz y la palabra.
8ª ed. Barcelona: Lumen, 2001, p. 27).
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