«No
todos los libros son tan estúpidos como sus lectores. Probablemente encierran
palabras certeramente amagadas a nuestra condición, que si pudiéramos oír y
comprender realmente serían más saludables para nuestra vida que la mañana o la
primavera, y que posiblemente nos revelarían una faceta inédita de las cosas.
¡Cuántos hombres no habrán iniciado una nueva era en su vida después de una
particular lectura! Quizá exista para nosotros el libro que nos explique
nuestros milagros y nos revele otros. Las cosas hoy inexpresables puede que
hayan sido dichas en alguna parte. Estas mismas cuestiones que nos trastornan,
intrigan y confunden les han sobrevenido a su vez a todos los hombres sabios;
ninguna ha sido omitida, y todos han aportado su respuesta, de acuerdo con su
capacidad, por medio de su vida y sus palabras».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 138-139).