Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
14 abr 2019
7 abr 2019
La biblioteca
«Cuántos
libros. Hileras de libros, galerías de libros, perspectivas de libros en este
vasto cementerio del pensamiento, donde ya todo es igual, y que el pensamiento
muera no importa. Porque también mueren los libros, aunque nadie parezca
apercibirse del olor (quizá abunda por aquí literatura francesa, con sus modas
que sólo contienen muerte) exhalado por tantos volúmenes corrompiéndose
lentamente en sus nichos. ¿Era esto lo que ellos, sus autores, esperaban?
Ahí está la inmortalidad para después, en la
cual se han resuelto horas amargas que fueron vida, y la soledad de entonces es
idéntica a la de ahora: nada y nadie. Mas un libro debe ser cosa viva, y su
lectura revelación maravillada tras la cual quien leyó ya no es el mismo, o lo es
más de como antes lo era.
31 mar 2019
Las ambiciones de la traducción
«No hay traducciones.
Pain no es bread; la palabra francesa es cálida,
con cierta resonancia de hambre y gleba. Home
no es Heim; la palabra alemana
porta ecos de refugio, de asilo, de hospicio, y aun así proyecta su sombra en
la contundente excitación de Heimat,
Heimatland, el templo de la conciencia nacional, el hogar de la exaltación
política. El inglés no tiene un equivalente exacto.
28 mar 2019
21 mar 2019
Decir: hacer
Poesía (1879), de Lawrence Alma-Tadema
|
Entre
lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
Se desliza
entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
Se desliza
entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
(PAZ,
Octavio. Árbol adentro. 2ª ed.
Barcelona: Seix Barral, 1990, p. 11-12).
15 mar 2019
Moderato cantabile
Cantante melancólico, de Joan Miró |
«–¿Quieres leer lo que hay escrito arriba en tu
partitura? –preguntó la profesora.
–Moderato cantabile –dijo
el niño.
La profesora subrayó la respuesta golpeando el teclado
con el lápiz. El niño siguió inmóvil, la cabeza girada hacia su partitura.
–¿Y qué quiere decir moderato cantabile?
–No lo sé.
Una mujer, sentada a tres metros de allí, suspiró.
–¿Estás seguro de no saber qué quiere decir moderato
cantabile? –insistió la profesora.
El niño no respondió. La profesora dio un grito ahogado
de impotencia, golpeando de nuevo el teclado con el lápiz. Ni una pestaña del
niño se movió. La profesora se giró.
9 mar 2019
1 mar 2019
Amor
Amor (1851), de William-Adolphe Bouguereau |
Mi manera de amarte es
sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco
de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar
con el cuerpo.
Cuando revuelvo tus
cabellos
algo hermoso se forma
entre mis manos.
Y casi no sé más. Yo
sólo aspiro
a estar contigo en paz
y a estar en paz
con un deber
desconocido
que a veces pesa
también en mi corazón.
(GAMONEDA, Antonio. Blues castellano. Barcelona: Plaza & Janés, 1999, p. 50).
22 feb 2019
Vida de estudiante
Trigonometrías, de Li-Shu
Chen |
«En
una habitación de estudiante de la orilla izquierda del Sena, un hombre joven
se está vistiendo para ir al baile de la Ópera. Este cuarto de techos bajos,
amueblado con restos de subastas, tan limpio como puede estarlo un cuarto alquilado
por meses cuando la patrona es una persona de edad secundada por una criada
perezosa, constituye por sí mismo un lugar común y requiere ser descrito en
términos lo más triviales posible. Encima de la chimenea, en la que se consumen
unas débiles brasas, una Coronación de Carlos X de márgenes chamuscados
demuestra que la hospedera es legitimista. Encima de la mesa donde se amontonan
los libros de derecho del joven Michel-Charles, hay una tablilla con algunos
otros libros más queridos por él: poetas latinos, el Lamartine de las Meditaciones,
Hugo, desde las Orientales hasta los Cantos del Crepúsculo, pero
también Auguste Barbier y Casimir Delavigne, al lado de un ejemplar muy usado
de las Canciones de Beránger.
14 feb 2019
Otra ventana sobre la palabra
«La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el
infierno.
La O, círculo cerrado, te asfixia.
La R está notoriamente embarazada.
–Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas –comprueba
Romy.
Cuando las palabras salen de la boca, ellas la ve
dibujadas en el aire».
(GALEANO, Eduardo. Mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 1995, p. 18).