Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
21 oct 2015
18 oct 2015
La masificación de las palabras
«No digo que los
escritores deban dejar de escribir. Esto sería fatuo. Me pregunto si no están
escribiendo demasiado, si el diluvio de letra impresa a través del cual
luchamos por abrirnos paso, aturdidos, no representa por sí mismo una
subversión del significado. “Una civilización de palabras es una civilización
malsana.” Es una civilización donde la inflación constante de la moneda verbal
ha devaluado de tal modo lo que antes fuera un acto numinoso de comunicación
que lo válido y lo verdaderamente nuevo ya no pueden hacerse oír. Cada mes debe fabricar su obra maestra, de manera que
las prensas empujan a la mediocridad a un esplendor espurio y transitorio.
16 oct 2015
La belleza de la dificultad
Los momentos difíciles me han ayudado a
comprender mejor que antes, cuán
infinitamente rica y hermosa
es la vida en todos los
sentidos, y que tantas cosas
de las que uno va preocupándose no tienen importancia alguna.
12 oct 2015
La psicología del viento
Pandora (1872), de William-Adolphe Bouguereau
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«Todas las fases del viento tienen su psicología. El
viento se excita y se desanima. Grita y se queja. Pasa de la violencia a la
angustia. El carácter mismo de los soplos entrecortados e inútiles puedar dar
una imagen de una melancolía ansiosa muy diferente de la melancolía agobiada.
Veremos dicho matiz en una página de Gabriel d’Annunzio (Contemplación de la
muerte): “Y el viento era como el pesar de lo que ya no es, era como la
ansiedad de las criaturas no formadas aún, cargado de recuerdos, henchido de
presagios, compuesto de almas desgarradas y de alas inútiles”.
Volveremos a encontrar las mismas
impresiones de vida encarnizada y dolorosa en unos versículos que Saint-Pol
Roux (La rosa y las espinas del camino) consagra al “Misterio del
Viento”. En una cosmicidad excesiva, porque está mal preparada, el poeta hace
nacer al viento de un sueño de la Tierra: “Cuando los deseos del porvenir o los
pesares del recuerdo despiertan en cualquier parte de ese cráneo gigantesco, el
Globo –el viento se levanta”.
7 oct 2015
El escritor indeciso
«Había una
vez un escritor indeciso. Cuando escribía, lamentaba no poder leer y, cuando
leía, lamentaba no poder escribir.
Un día recibió una carta que decía: “Me he
enterado de su problema por una entrevista. Siga el recorrido indicado en esta
hoja y lo resolverá”. Firmado: un amigo.
El escritor siguió las indicaciones y se
encontró en una llanura, donde yacían muchas hojas de papel esparcidas por el
suelo en orden geométrico, que terminaban ante la puerta cerrada de una pared
de madera. Sobre la hierba distinguió una vela encendida, un zapato de mujer y
un reloj de arena.
El escritor pensó: “En lo que me resta de
vida, el amor me ayudará a entender el sentido del tiempo”.
Levantó la primera hoja, pero estaba en
blanco. También la segunda estaba en blanco. Todas estaban en blanco. Se
dirigió a la puerta y la abrió, pero al otro lado no había nada, sólo la
llanura interminable.
30 sept 2015
Días tranquilos
No son sólo los del amor feliz,
Ni los de la riqueza, ni los de
la edad madura llena de
honores, ni los de las victorias
de la política o de la guerra;
Mas, cuando declina la vida y se
apaciguan todas las pasiones
turbulentas,
Cuando se cubre el cielo de la
tarde de colores vistosos, etéreos,
silenciosos,
Cuando se nos inunda el cuerpo de
dulzura, plenitud, sosiego,
como
de un aire refrescante y balsámico,
Cuando los días se visten de una
luz más suave, y la manzana
pende
al fin del árbol, lograda, indolente, madura,
¡Entonces los días son fecundos,
apacibles, los más felices
de
todos!
¡Los días tranquilos de la dulce
meditación y de la dicha!
(WHITMAN,
Walt. Hojas de hierba. Barcelona: Tesys,1986, p. 656-657).
22 sept 2015
20 sept 2015
14 sept 2015
Marguerite Yourcenar
«Su
obra más celebre es Memorias de Adriano: “ de una autenticidad de ficción que llega a
niveles exasperantes” y “poderosamente fundada” desde el punto de vista
científico [...]. El proyecto –elaborado a partir de numerosos bocetos
parcialmente destruidos– de poner en boca de Adriano, el emperador viajero, el
balance de su vida haciéndolo hablar como habría podido hacerlo un hombre del
siglo II, se remonta a una visita que la autora habría hecho a los veinte años
a la Villa Adriana de Roma.