Niños leyendo libros del Servicio de Biblioteca de las Misiones Pedagógicas, hacia 1932. |
Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
5 abr 2012
Medio pan y un libro
1 abr 2012
¡Bienvenido Abril!
28 mar 2012
Sueños inciertos
Borobudur, de Li-Shu Chen |
Un hombre sueña que concurre a un banquete y
se despierta para llorar y penar...
25 mar 2012
21 mar 2012
Ver claro
la más oscura.
El lector es quien a veces
en lugar de sol, dentro tiene niebla.
Y la niebla nunca deja ver claro.
Si regresa
una y otra vez
y otra vez
a esas sílabas encendidas
le cegará tanta claridad.
Bendito sea quien llegue.
(ANDRADE,
Eugénio de. Los surcos de la sed.
Madrid: Calambur, 2001, p. 9).
Hoy es el Día
Mundial de la Poesía. En 1999 la UNESCO estableció la necesidad
de rendir homenaje a la palabra poética y desde entonces, cada 21 de marzo, coincidiendo
con la llegada de la primavera, la poesía está de fiesta.
Más información en: http://www.un.org/es/events/poetryday/
17 mar 2012
14 mar 2012
Praga: "vlast" de su exilio
In memoriam
Panorámica del Vltava con sus puentes, tomada desde Letenské sady. |
11 mar 2012
En el callar
callan
siempre hay un desierto
que en el callar se extiende,
y después
siempre después
se escucha el llegar
del viento.
(MUJICA, Hugo. Y siempre después
del viento. Madrid: Visor, 2011, p. 44).
8 mar 2012
Ventana sobre la palabra
Rind (1955), de
M.C. Escher
|
«Magda recorta palabras de los diarios,
palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En cajas rojas las
palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las
neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las
palabras que tienen magia.
A veces, ella abre las cajas y las pone boca
abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces,
las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá».
(GALEANO, Eduardo. Mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 1995, p. 5).
3 mar 2012
La librería (y también biblioteca) de Florence
«–¡Alguien
trae un envío para usted! –gritó Wally desde la bici, con un pie en el suelo–.
Preguntó dos veces cuál era el camino, una en la gasolinera y otra en la
vicaría. Ahora tiene problemas para dar la vuelta. Está intentando hacerlo en
una sola maniobra, para cruzar directamente y venir por la parte de atrás.
Con el
tiempo, esta furgoneta en concreto, elegante con su pintura roja y crema, se
convertiría en la más conocida de Hardborough. Era la furgoneta de Brompton’s,
la tienda de Londres que ofrecía servicio de biblioteca a libreros de
provincias, sin importar lo lejos que estuvieran. A petición de Florence, le
habían traído los primeros volúmenes, y ella tenía que firmar un compromiso y
leer las condiciones que proponía Brompton’s.
Éstas
parecían más una filosofía moral o las leyes de un Estado ideal, que la
expresión de una transacción económica.