14 nov 2018

La suerte del viento

«El viento es el mismo, pero cada árbol tiene el suyo. Se mueven en direcciones distintas, a veces opuestas. Mira. También pasa con las ramas del mismo árbol, que se agitan diferente, como si le arrancasen retazos al viento. El abedul es el que más se agita, el que más se abraza. A ese arce aún le quedan algunas hojas. Ése es otro misterio. En casi todos los árboles hay unas cuantas hojas que no caen. ¿Que no? Ya lo verás. Y con la lluvia pasa igual. Quiero decir que la lluvia es la misma, pero cada árbol y cada arbusto tienen la suya. El grosor y el brillo de las gotas son muy distintos. Fíjate cómo quedan colgadas las gotas de lluvia después de llover. Cómo se posan en las ramas, en los brotes, en las puntas de los brotes. Se colocan como las notas en una partitura. No sólo los árboles. Cada casa tiene su lluvia. Cada ventana. Esta ventana. Qué suerte. Qué suerte el viento».


(RIVAS, Manuel. Los libros arden mal. Madrid: Alfaguara, 2006, p. 570).

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