«¿Seguirá siendo utópico pensar que algún día la
sociedad tendrá una conformación, una estructura análoga a la de persona
humana? Que se logrará, por fin, un régimen que se comporte como una persona en
su integridad. Requisito indispensable de ello es el que aparezca la imagen de
la persona humana, de que se tenga conciencia de ella, pues se trata de una
realidad tal que necesita ser pensada y querida, sostenida por la voluntad para
lograrse. Para ser persona hay que querer serlo, si no se es solamente en
potencia, en posibilidad. Y al querer serlo se descubre que es necesario un
continuo ejercicio, un entrenamiento».
(ZAMBRANO, María. Persona y democracia. 2ª ed. Madrid:
Siruela, 2004, p. 192).
No hay comentarios:
Publicar un comentario