Sí,
es cierto que las primaveras te necesitaban. Algunas estrellas
requirieron
que tú las contemplases. Una ola
se
alzó hasta ti desde el pasado, o cuando
pasando
por delante de una ventana abierta
las
notas de un violín se te entregaron. Todo eso era una orden.
Pero,
¿pudiste cumplirla? ¿No estabas siempre
distraído,
a la espera, como si todo te anunciara
una
amante? (¿Dónde podrías esconderla
si los grandes y extraños pensamientos entran y
salen de ti
y a menudo se quedan por la
noche?) Ja, die Frühlinge brauchten dich wohl. Es
muteten manche
Sterne
dir zu, dab du sie spürtest. Es hob
sich eine Woge heran im Vergangenen, oder
da du vorüberkamst am geöffneten Fenster,
gab eine Geige sich hin. Das alles war Auftrag.
Aber bewältigtest du’s? Warst du nicht immer
noch von Erwartung zerstreut, als kündigte alles
eine Geliebte dir an? (Wo willst du sie bergen,
da doch die groben fremden Gedanken bei dir
aus und ein gehn und öfters bleiben bei Nacht?)
(RILKE, Rainer Maria. Elegías de Duino. 2ª ed. Madrid:
Hiperión, 2005, p. 16-17).
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