Un hombre generoso es
aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado.
Un hombre sabio es
aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados; de qué modo y hasta qué
punto.
El primer hombre es una influencia civilizadora.
El segundo hombre es una influencia de refinamiento y difusión.
El tercer hombre es una influencia de desarrollo superior.
El primer hombre es una influencia civilizadora.
El segundo hombre es una influencia de refinamiento y difusión.
El tercer hombre es una influencia de desarrollo superior.
Todo el mundo debería
ir a través de las tres fases tipificadas por estos tres hombres.
El creer que la bondad
o generosidad son fines en sí mismos puede ser bueno, o puede ser generoso. No
es sin embargo una actitud madura –y esto es lo más bueno o generoso que se
puede decir acerca de ello.
Si alguien dijese:
“¿Qué es mejor, ser bueno, generoso o sabio?”, uno tendría que responder:
– Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser “bueno” o “generoso”. Estás obligado a
hacer lo que es necesario».
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