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Alcanzando la primavera, de Li-Shu Chen
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«Marzo
anochece gris entre los olmos desnudos, aunque sobre la hierba, donde el
asfodelo y el jacinto ya apuntan en sus tallos, están abiertas las corolas del
azafrán, encendidas de color lo mismo que una mejilla fresca contra este aire
punzante. Cerca, desde tal cima sin hoja o cual alero, echándose penas a la
espalda, silba sentido e irónico algún mirlo.
Tiene su cantar ahora la misma ligereza sin
cansancio ni sombra que tuvo a la mañana, y al recogerse tras de la jornada
volandera calla en su garganta la misma voz alegre de su despertar. Para él la
luz del poniente es idéntica a la del oriente, su sosiego de plumas tibias
ovilladas en el nido, idéntico a su vuelo de cruz loca por el aire, donde halla
materia de tantas coplas silbadas.