«Acababa noviembre cuando te encontré. El
cielo estaba azul y los árboles muy verdes. Yo había dormitado largamente,
cansada de esperarte, creyendo que no llegarías jamás. Decía a todos: mirad mi
pecho, ¿veis?, mi corazón está lívido, muerto, rígido. Y hoy, digo: mirad mi
pecho: mi corazón está rojo, jugoso, maravillado».
(STORNI, Alfonsina. Poemas de amor. 3ª ed. Madrid: Hiperión,
2003, p. 19).