Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
30 jun 2021
25 jun 2021
En el regazo de la luna
Mis manos en el regazo
Noche de junio,
Luna llena
My hands on my lap
June night,
Full moon
Noche de junio,
Luna llena
My hands on my lap
June night,
Full moon
(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 170-171).
17 jun 2021
11 jun 2021
Msabu
«Farah
entró a mi servicio en Aden, en 1913, antes de la Primera Guerra Mundial. Por
espacio de casi dieciocho años se cuidó de mi casa, mis cuadras y mis safaris.
Hablaba con Farah tanto de mis preocupaciones como de mis éxitos, y no había
cosa que yo hiciera o pensara de la que él no estuviera al corriente. Cuando
tuve que dejar la granja y abandonar África, Farah vino a Mombasa para decirme
adiós. Mientras veía su inmóvil silueta oscura en el muelle hacerse cada vez
más pequeña hasta por fin desaparecer, sentí como si estuviera perdiendo una
parte de mí misma, como si me estuvieran cortando la mano derecha y a partir de
aquel momento no pudiera ya montar a caballo, disparar un rifle o escribir…».
(DINESEN,
Isak. Sombras en la hierba.
Madrid: Alfaguara, 1986, p. 15-16).
4 jun 2021
26 may 2021
Anhelo
Si nosotros pudierámos encontrar también algo humano
puro, contenido,
una estrecha franja de tierra fecunda que nos
perteneciese,
entre la piedra y la corriente. Pues nuestro propio
corazón nos sigue
sobrepasando siempre, como a ellos. Y ya podemos
contemplarlo en imágenes
que lo calmen, ni en los cuerpos divinos
que, al ser más grandes, lo moderan.
20 may 2021
11 may 2021
El buitre y las otras aves
Vuelo de pájaros, de Joan Miró |
Cuando un poderoso te halaga y te convida, cuida de que no intente engañarte.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 13).
2 may 2021
27 abr 2021
La casa de las palabras
Librería Ateneo Grand Splendid (Buenos Aires,
Argentina)
|
«A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra,
acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal,
esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas
rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las
lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y
entonces relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras
que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.