1 abr 2020

El silencio de la peste


Blowball  (1943),  de M.C. Escher
«El doctor seguía mirando por la ventana. De un lado del cristal el fresco cielo de la primavera y del otro lado la palabra que todavía resonaba en la habitación: la peste. La palabra no contenía sólo lo que la ciencia quería poner en ella, sino una larga serie de imágenes extraordinarias que no concordaban con esta ciudad amarilla y gris, moderadamente animada a aquella hora, más que zumbadora y ruidosa; feliz, en suma, si es posible que algo sea feliz y apagado. Una tranquilidad tan pacífica y tan indiferente negaba casi sin esfuerzo las antiguas imágenes de la plaga. 
Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste.

21 mar 2020

¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!

El despertar de Adonis (1899),  de John William Waterhouse
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!, de sus preguntas que vuelven.
Del desfile interminable de los desleales, de las ciudades llenas
            de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues, ¿quién es más
            necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos despreciables,
            de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes afanosas y
            sórdidas que me rodean,

14 mar 2020

Motivo para una partida

«Dejé los bosques por una razón tan buena como la que me llevó a ellos. Quizá porque me parecía que tenía varias vidas más que vivir y que no podía seguir prodigando mi tiempo en aquélla. Choca y sorprende con qué facilidad e inconsciencia proseguimos una particular ruta, haciéndonos de ella un camino trillado. No habría vivido allá una semana cuando mis pies habían hecho ya un camino desde mi puerta a la ribera; y aunque hace ya cinco o seis años desde que lo recorriera, me resulta claramente aún familiar.

9 mar 2020

Formación de un escritor

Flores despiertas en la noche,  de Li-Shu Chen
«Los autores que me estimularon más para escribirla fueron los novelistas norteamericanos, y en especial los que me mandaron a Sucre los amigos de Barranquilla. Sobre todo por las afinidades de toda índole que encontraba entre las culturas del sur profundo y la del Caribe, con la que tengo una identificación absoluta, esencial e insustituible en mi formación de ser humano y escritor. Desde estas tomas de conciencia empecé a leer como un auténtico novelista artesanal, no sólo por placer, sino por la curiosidad insaciable de descubrir cómo estaban escritos los libros de los sabios.

3 mar 2020

Breve historia de la revolución tecnológica

«Creced y multiplicaos, dijimos y las máquinas crecieron y se multiplicaron. 
Nos habían prometido que trabajarían para nosotros. Ahora nosotros trabajamos para ellas.   Multiplican el hambre las máquinas que inventamos para multiplicar la comida. Nos matan las armas que inventamos para defendernos. Nos paralizan los autos que inventamos para movernos. Nos desencuentran las ciudades que inventamos para encontrarnos. Los grandes medios, que inventamos para comunicarnos, no nos escuchan ni nos ven.  Somos máquinas de nuestras máquinas. Ellas alegan inocenciaY tienen razón».

(GALEANO, Eduardo. Espejos: una historia casi universal. México: Siglo XXI, 2008, p. 331-332).