Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
10 feb 2019
3 feb 2019
Recuerdos de una carta
Mujer sentada (1960), de Joan Miró |
«Él dejó caer
la carta, las manos le temblaban. Entonces empezó a cavilar durante un buen
rato. Recordaba vagamente a una niña vecina suya, a una joven mujer que había
encontrado en un local nocturno, pero era un recuerdo poco preciso y
desdibujado, como una piedra que tiembla en el fondo del agua que corre y cuya
forma no acaba de distinguirse. Eran sombras que brotaban abundantemente, que
iban y venían, pero no fue capaz de hacerse una imagen concreta. Recordaba
ciertos sentimientos y, aun así, no conseguía reconstruir todo aquello. Era
como si todas esas figuras hubiesen aparecido en un sueño, como si las hubiera
soñado a menudo y profundamente, pero sólo como si las hubiese soñado.
31 ene 2019
25 ene 2019
La Historia de España es poesía
«La poesía
española es tal vez lo que más en pie ha quedado de nuestra literatura, cosa
que no nos ha sorprendido, porque su línea initerrumpida desde Juan Ramón
Jiménez es lo más revelador, la manifestación más transparente del hondo suceso
de España, y si algún día alguien quisiera averiguar la profunda gestación de
nuestra historia más última, tal vez tenga que acudir a esta poesía como a
aquel en que más cristalinamente se aparece. Lo que estaba aconteciendo entre nosotros
era de tal manera grave, que huía cuando se pretendía apresarlo y aparecía, en
cambio, en casi toda su plenitud cuando el hombre creía estar solo, entregado a
sus más íntimos y recónditos afanes.
19 ene 2019
Injusticia
Belleza abstracta (6), de Li-Shu Chen |
«Si la
injusticia forma parte de la necesaria fricción de toda máquina de gobierno,
que siga, que siga. Quizá llegue a suavizarse con el desgaste; la máquina,
ciertamente, lo hará. Si la injusticia tiene una polea, un muelle o una palanca
exclusivos, puede que quizá podáis considerar si el remedio no será peor que la
enfermedad; pero si es de naturaleza tal, que requiere de vosotros como agentes
de injusticia para otros, entonces os digo: Romped la ley. Que vuestra vida sea
una contrafricción que detenga la máquina. Lo que hay que hacer, en todo caso,
es no prestarse a servir al mismo mal que se condena».
(THOREAU, Henry David. Del deber de la desobediencia civil.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 423).