«Ella hubiera preferido hacer
cualquier cosa en la vida antes que ser escritora. Eso es en todo caso lo que
afirmaba la joven Karen Christentze Dinesen, cuyo padre era miembro de la
nobleza territorial y la madre de una familia de comerciantes al por mayor de
Copenhague, y enumeraba sus preferencias: “viajar, bailar, vivir, ser libre
para pintar cuadros”. En aquel momento, había publicado ya bajo el pseudónimo
de “Osceola” algunos relatos en los que se encuentra también esta frase: “Todo
ser humano tiene el derecho a determinar libremente su destino,
independientemente de las leyes que otros hayan establecido...”. El compromiso
matrimonial con el barón Bror Frederik de Blixen-Finecke le brindó la
oportunidad de escapar de la “existencia infinitamente insípida” de una joven
rica, hacia el mundo umbrío y sugestivo de los kikuyu, los masai y los somalíes
del que era entonces protectorado británico de África oriental.
[...] Los cuentos que escribió
entonces y su relato de recuerdos idealizados Out of Africa (Memorias de
África), que publicó en Inglaterra bajo el nombre de Isak Dinesen y en
Dinamarca bajo el de Karen Blixen y con los que se hizo mundialmente famosa,
son los testimonios de una “óptica artificial y mítica de la vida”, como
afirmaba Thomas Mann».
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