26 abr 2015

¿No hay salida?

Luna verde (1972), de Joan Miró
En duermevela oigo correr entre bultos adormilados
y ceñudos un incesante río.
Es la catarata negra y blanca, las voces , las risas,
los gemidos del mundo confuso, despeñándose.
Y mi pensamiento que galopa y galopa y no avanza,
también cae y se levanta.
y vuelve a despeñarse en las aguas estancadas del lenguaje.
¡Palabras para sellar al mundo con un sello indeleble
o para abrirlo de par en par,
sílabas arrancadas al árbol del idioma, hachas
contra la muerte, proas donde se rompe la gran ola del vacío,
heridas, surtidores, conos esbeltos que levanta el
insomnio!
Hace un segundo habría sido fácil coger una palabra
y repetirla una vez y otra vez,
cualquiera de esas frases que decimos a solas en
un cuarto sin espejos
para probarnos que no es cierto,
                                               que aún estamos vivos,
pero ahora con manos que no pesan la noche
aquieta la furiosa marea
y una a una desertan las imágenes, una a una las
palabras se cubren el rostro.


(PAZ, Octavio. La estación violenta. 1ª ed., 12ª reimp. México: Fondo de Cultura Económica, 2013, p. 37-38.)

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