Fratellini (1927), de Joan Miró
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«Deseando el león matar diversos animales
para alimentarse de su carne se fingió enfermo, y con este engaño entraban
muchos en su cueva y los devoraba. Llegó asimismo la zorra, pero temiendo al
león, le dijo desde fuera que sentía mucho su enfermedad.
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¿Por qué no entras? –le preguntó el león–. Desconfías acaso de mí, cuando estoy
tan débil que apenas puedo menearme? No temas, pues, entra sin recelo.
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No lo haré seguramente –respondió la astuta zorra–, porque veo huellas de los
que han entrado, pero no las veo de que hayan salido».
No
debemos fiar ciegamente en lo que nos dicen; ni creer todas las palabras, según
quien sea el que las pronuncie.
(ESOPO.
Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 25-26).