3 feb 2021

Jeroglífico incomprensible

Psyche entrando en el jardín de Cupido (1903),  
 de John William Waterhouse
«¿Habrá de ser siempre así, todo lo que se ame, jeroglífico, cifra sagrada e incomprensible? No habría de existir un género de amor que no tropezara con la resistencia de lo amado; un amor en el cual, entender o querer entender se acreciente con el amor mismo y lleguen a ser la misma cosa, entender y amar; amar y entender. Y el corazón no tenga que someterse ciego, y hambriento; hambriento también de razones, pues que las necesita... mas cuando se ha querido entender al otro, los otros, los otros creen que son razones para “la razón” lo que se les pide y si no bastan, si no llegan a tocar siquiera el fondo de la cuestión, sobreviene la acusación de irracionalidad, cuando lo que se pide y se ha esperado, lo que el corazón espera siempre, sin atreverse a decirlo, es una luz que le ilumine aún a trueque de consumirlo, ¿qué le importa a él, la consunción?, todo lo daría por ver; un instante, pues despertó como despierta todo lo que nace, por hambre...».

(ZAMBRANO, María. Delirio y destino: los veinte años de una española. Madrid: Horas y horas, 2011, p. 38-39).

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