21 jun 2024

Volvamos a empezar, pues

El patio azul (1915), de Santiago Rusiñol
Volvamos a empezar pues, las manos
palma con palma.
Di, no digas, la palabra.
¿Tendrán sentido aún las palabras?
¿Habrá otro verano, otro mar
para las palabras?
Van de ola en ola,
de ola en ola van borradas.
¿Seremos nosotros, tú y yo, las palabras?
¿Dónde nos llevan, en este crepúsculo,
así palma con palma,
cogidos de la mano?


Recomecemos então

Recomecemos então
palma con palma
Diz, não digas, a palavra.
As palavras terão sentido ainda?
Haverá outro verão, outro mar
para as palavras?
Vão de vaga em vaga,
De vaga em vaga vão apagadas.
Seremos nós, tu e eu, as palabras?
Onde nos levam, neste crepúsculo,
Assim palma com palma,
de mãos dadas?

7 jun 2024

Lo que pudo haber sido y lo que ha sido

Flowers in the sun (2012), de Amy Giacomelli
Están presente y pasado presentes
tal vez en el futuro, y el futuro
en el pasado contenido.
Si está eternamente presente el tiempo
todo, todo el tiempo es irredimible.
Lo que pudo haber sido es abstracción
que existe, posibilidad perpetua,
sólo en un mundo en teoría.
Lo que pudo haber sido y lo que ha sido
miran a un solo fin, siempre presente.
Resuenan pisadas en la memoria
por el pasillo que no recorrimos
hacia la puerta de la rosaleda,
que no abrimos nunca. Así resuenan
en tu mente mis palabras.

25 may 2024

Del otro lado del arroyo

El pequeño arroyo (1890), de Vincent van Gogh
«Dos monjes que regresaban a su casa llegaron a un vado donde encontraron a una hermosa niña que no se atrevía a cruzarlo temerosa de mojar sus mejoras ropas. El primer monje, casi sin detenerse, la alzó en sus brazos y la llevó hasta el otro lado. La niña se lo agradeció y los dos hombres siguieron su camino. Después de recorrer tres kilómetros el otro monje, sin poder contenerse más, exclamó: “¿Cómo pudiste hacer eso, tomar a una niña en tus brazos? Conoces bien las Reglas…” y otras cosas por el estilo. Respondió el primer monje con una sonrisa. “Debes estar cansado, habiendo cargado con la niña todo este tiempo. Yo la dejé del otro lado del arroyo”».


(HUMPHREYS, C. La búsqueda interior. Buenos Aires: Lidium, 1984, p. 83).

17 may 2024

Venus y Adonis

Venus y Adonis (1554), de Tiziano
De su secreto Edén huyó apresurada
a través de los campos, las ciudades de áspera piedra y hierro y humanos corazones
que a su aérea pisada no cedían
y dañaban las palmas invisibles
de sus pies delicados dondequiera pisasen,
y lenguas aceradas y opiniones
más agudas aún que las lenguas
desgarraban la forma tierna e irrechazable
cuya sagrada sangre,
como jóvenes lágrimas de mayo
pavimentaba con eternas flores
ese ingrato camino.

11 may 2024

¿Dónde está la felicidad?

«Matías esperó a recuperar el tono entre sentimental y pedagógico que le había dado a su discurso. No estaba muy seguro, ni sabía bien cómo explicarlo. La felicidad era una cosa muy extraña. Se le atribuía una existencia legendaria en reinos lejanos como una casa a la orilla de un río o una aldea junto al mar, pero era muy probable que si cualquiera de los dos se encontrara de pronto en ese lugar tan anhelado, diría, bueno, ya estoy aquí, ¿y ahora qué?, y de nuevo se pondría a imaginar otro paraje mágico, igual que aquellos conquistadores que soñaron y gastaron la vida en buscar el Reino de Jauja o la Fuente de la Eterna Juventud.
—No sé, yo creo que la felicidad es una cosa muy sencilla y puede estar en cualquier parte, y no hace falta ir a buscarla lejos».


(LANDERO, Luis. El mágico aprendiz. Barcelona: Tusquets, 1999, p. 132).

6 may 2024

Dos elementos


De acá para allá

libre como el viento

saborear el agua.




(SANTÔKA, Taneda. Saborear el agua: 100 haikus de un monje zen. Madrid: Hiperión, 2004, p. 31).

27 abr 2024

Sorrow

Sorrow (1882),
de Vincent van Gogh
«Es preciso comprender la idea que yo tengo del arte. Para alcanzar la verdad, se necesita trabajar mucho y largo tiempo. Aquello que yo quiero y a lo que aspiro es condenadamente difícil; y con todo, no creo que mis aspiraciones sean altas. Quiero hacer dibujos que golpeen a ciertas personas. Sorrow no es más que un comienzo; es posible que pequeños paisajes como el Laan van Meerdervoort, Los prados de Rijswijk o El secadero de pescado, sean también un comienzo. Al menos contienen alguna cosa de mi propio corazón. Tanto en la figura como en el paisaje yo quisiera expresar, no un sentimentalismo melancólico, sino un profundo dolor. Por encima de todo, quiero alcanzar un punto en que se diga de mi obra: ese hombre tiene una sensibilidad muy delicada. Pese a mi reconocida torpeza, o a causa de ella, ¿me comprendes?».


(GOGH, Vincent van. Cartas a Theo. Barcelona: Paidós, 2004, p. 82).