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4 dic 2020

La memoria

La ventana abierta (1921),  de Juan Gris
«Nuestra memoria aleja o acerca los hechos y en otros casos los enriquece o los empobrece, y los transforma para hacerlos vivir. La memoria no es una colección de documentos depositados bien ordenaditos al fondo de no se sabe qué lugar de nosotros mismos; vive y cambia; acerca unos de otros los extremos de la leña seca para que brote de nuevo la llama».  

(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 744).

31 oct 2020

Durante el paseo

Sueño,  de Li-Shu Chen
«El Boulevard de la Mer ya estaba iluminado. Era mucho más tarde que de costumbre, una hora al menos. El niño cantó una última vez la sonatina, luego se cansó de ella. Las calles estaban casi desiertas. La gente cenaba ya. Cuando, después del último muelle, el Boulevard de la Mer se perfiló en toda su longitud habitual, Anne Desbaresdes se detuvo.
–Estoy demasiada cansada –dijo.
–Pero tengo hambre –lloriqueó el niño.

4 sept 2020

El tallo débil

Belleza abstracta (3),  de Li-Shu Chen
«Debido a nuestras convenciones familiares basadas en un apellido que se transmite de padre a hijo, nos sentimos equivocadamente unidos al pasado por un débil tallo, al que vienen a injertarse, a cada generación, los apellidos de las esposas, siempre considerados como de interés secundario, a menos que sean lo suficientemente brillantes como para sacar de ellos vanidad».


(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 298).

28 jun 2020

Definición de pasado

Morning glories large  (1890),  
de Homer Winslow





«El pasado no llega a ser verdaderamente pasado para nosotros hasta que lo olvidamos».


(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 519).







1 abr 2020

El silencio de la peste


Blowball  (1943),  de M.C. Escher
«El doctor seguía mirando por la ventana. De un lado del cristal el fresco cielo de la primavera y del otro lado la palabra que todavía resonaba en la habitación: la peste. La palabra no contenía sólo lo que la ciencia quería poner en ella, sino una larga serie de imágenes extraordinarias que no concordaban con esta ciudad amarilla y gris, moderadamente animada a aquella hora, más que zumbadora y ruidosa; feliz, en suma, si es posible que algo sea feliz y apagado. Una tranquilidad tan pacífica y tan indiferente negaba casi sin esfuerzo las antiguas imágenes de la plaga. 
Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste.

6 oct 2019

En el trasfondo de la imprenta-librería

Estudio para el lenguaje de las verticales (1911), 
de František Kupka
   «El joven dio las gracias: aquel lugar, para instruirse, valía tanto como la escuela de Greenwich. Elie le enseñó todo aquello. La imprenta estaba situada en un patio cerrado por la parte que daba a la calle; se oía el murmullo de una fuente. Vio la sala en donde estaban las prensas manuales y el cuarto de los linotipistas, inclinados sobre sus cajas; el almacén, lleno de montones de papel, y la sala de ventas y embalajes, donde ponían los volúmenes, oliendo aún a tinta fresca, antes de ser enviados  a Alemania, a Inglaterra e incluso a Francia y a Italia. En la pared habían colgado una lista con el nombre de las obras prohibidas en aquellos distintos países, cuyo envío hubiera dado lugar a confiscaciones y pérdidas. Las más valiosas ediciones, que eran el orgullo de Elie, encuadernadas en vitela o en badana, tapizaban una estrecha sala de visitas, flanqueadas por unos cuantos desgastados volúmenes de genealogía y de historia, así como  por diccionarios y compendios donde los correctores, en caso de duda, se suponía consultaban un nombre propio, una palabra insólita o un giro inusitado.

24 may 2019

Recuerdos de una infancia

   «Mas no vayamos demasiado aprisa: rodaríamos sin querer por la cuesta que nos devuelve al presente. Contemplemos más bien ese mundo en donde el hombre no estorba todavía, esas pocas leguas de bosque cortado por algunas landas, que se extienden casi sin interrupción desde Portugal hasta Noruega, desde las dunas hasta las futuras estepas rusas. Recreemos dentro de nosotros ese océano verde –no inmóvil, como lo son las tres cuartas partes de nuestras reconstrucciones del pasado–, sino moviéndose y cambiando en el transcurso de las horas, de los días y de las estaciones, que fluyen sin haber sido computados por nuestros calendarios ni por nuestros relojes. Contemplemos cómo enrojecen en otoño los árboles de hoja caduca, y cómo mecen los abetos en primavera sus hojas recientes, cubiertas aún de una delgada cápsula parda. Bañémonos en ese silencio casi virgen de ruidos de voces y herramientas humanas, sólo interrumpido por los cantos de los pájaros o su llamada de aviso cuando algún enemigo, ardilla o comadreja, se acerca; el zumbido de miríadas de mosquitos, a un mismo tiempo depredadores y presas; el gruñido de un oso que busca un panal de miel en la hendidura de un árbol, mientras las abejas lo defienden zumbando, o asimismo el estertor de un ciervo atacado por un lobo cerval.

15 mar 2019

Moderato cantabile

Cantante melancólicode Joan Miró
«–¿Quieres leer lo que hay escrito arriba en tu partitura? –preguntó la profesora.
 –Moderato cantabile –dijo el niño.
La profesora subrayó la respuesta golpeando el teclado con el lápiz. El niño siguió inmóvil, la cabeza girada hacia su partitura.
–¿Y qué quiere decir moderato cantabile?
–No lo sé.
Una mujer, sentada a tres metros de allí, suspiró.
–¿Estás seguro de no saber qué quiere decir moderato cantabile? –insistió la profesora.
El niño no respondió. La profesora dio un grito ahogado de impotencia, golpeando de nuevo el teclado con el lápiz. Ni una pestaña del niño se movió. La profesora se giró.

22 feb 2019

Vida de estudiante

Trigonometrías,  de Li-Shu Chen

   «En una habitación de estudiante de la orilla izquierda del Sena, un hombre joven se está vistiendo para ir al baile de la Ópera. Este cuarto de techos bajos, amueblado con restos de subastas, tan limpio como puede estarlo un cuarto alquilado por meses cuando la patrona es una persona de edad secundada por una criada perezosa, constituye por sí mismo un lugar común y requiere ser descrito en términos lo más triviales posible. Encima de la chimenea, en la que se consumen unas débiles brasas, una Coronación de Carlos X de márgenes chamuscados demuestra que la hospedera es legitimista. Encima de la mesa donde se amontonan los libros de derecho del joven Michel-Charles, hay una tablilla con algunos otros libros más queridos por él: poetas latinos, el Lamartine de las Meditaciones, Hugo, desde las Orientales hasta los Cantos del Crepúsculo, pero también Auguste Barbier y Casimir Delavigne, al lado de un ejemplar muy usado de las Canciones de Beránger.

31 oct 2018

El día en que una estatua está terminada


Templo de Erecteion, en la Acrópolis de Atenas (Grecia)
«El día en que una estatua está terminada, su vida, en cierto sentido, empieza. Se ha salvado la primera etapa que, mediante los cuidados del escultor, le ha llevado desde el bloque hasta la forma humana; una segunda etapa, en el transcurso de los siglos, a través de alternativas de adoración, de admiración, de amor, de desprecio o de indiferencia, por grados sucesivos de erosión y desgaste, la irá devolviendo poco a poco al estado de mineral informe al que la había sustraído su escultor».


(YOURCENAR, Marguerite. El tiempo, gran escultor. Buenos Aires: Alfaguara, 1990, p. 65).