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30 nov 2023

Carta de noviembre

La ciudad soñada (2017),
de Li-Shu Chen

Amor, el mundo
cambia de pronto, cambia de color. La luz de la farola
segmenta en dos las vainas del laburno,
esas colas de rata, a las nueve de la mañana.
Y este pequeño círculo

negro es el Ártico,
con sus hierbas sedosas y leonadas, como pelusa de bebé.
El verde está en el aire,
mullido y delicioso.
Me recoge amorosamente.

2 jun 2023

Sintonías

Una canción de primavera (1913), de
John William Waterhouse
«Y con el primer poema, la conciencia clara de su nacer como ritmo, un ritmo tan íntimo como el latido del corazón, trasunto del que alberga todo lo vivo: el árbol, los animales, los astros…; un ritmo que expresa el secreto del propio ser, como el claro canto de la oropéndola o el reclamo de los ciervos; un ritmo que puede hacerse melodía».



(JANÉS, Clara. La voz de Ofelia. Madrid: Siruela, 2005, p. 62).

19 feb 2023

País de niebla

En invierno está mi amante
entre los animales del bosque.
Debo regresar antes del alba,
la zorra lo sabe y ríe.
¡Cómo tiemblan las nubes! Y cae
sobre mi cuello de nieve
una capa de hielo quebradizo.

En invierno es mi amante
un árbol entre los árboles e invita
a los cuervos, abandonados por la suerte,
a su hermoso ramaje. Ella sabe
que el viento, cuando oscurece,
levanta su rígido vestido de noche, adornado
de escarcha, y que me manda a casa.

En invierno está mi amante
entre los peces y es muda.
Esclavo de las aguas, que mueve desde dentro
la línea de sus aletas,
estoy en la orilla mirando,
cómo se sumerge y se vuelve,
hasta que los témpanos me expulsan.

Y de nuevo, alcanzado por el grito
de caza del pájaro que tensa
sus alas sobre mí, me caigo
en pleno campo; ella despluma
a las gallinas y me tira una blanca
clavícula. Me la pongo en torno al cuello
y me marcho a través de la amarga pelusa.

Infiel es mi amante
sé que a veces vuela
con zapatos altos hacia la ciudad,
besa en los bares con la pajita
las copas en la boca, hasta el fondo,
y se le ocurren palabras para todos.
Pero yo no entiendo ese idioma.

Yo he visto el país de niebla
he comido el corazón de niebla.

20 oct 2021

La actitud del pintor

Paisaje de otoño con cuatro árboles (1885), de Vincent van Gogh 
«El pintor tiene el deber de sumergirse en la naturaleza por completo, utilizar toda su inteligencia, y poner sentimiento en su obra, para que ésta se haga comprensible a los otros».


(GOGH, Vincent van. Cartas a Theo. Barcelona: Paidós, 2004, p. 88).

12 oct 2021

Amapolas en octubre

Ni siquiera las nubes soleadas pueden vestir esta mañana tales faldas.
Ni la mujer en la ambulancia
cuyo corazón rojo florece tan pasmosamente a través de su amigo…

Un obsequio, un regalo de amor
no pretendido en absoluto
por un cielo

que pálida y flamantemente
enciende sus monóxidos de carbono, por ojos
inmóviles y abotargados bajo bombines

Dios mío, qué soy yo
para que estas bocas tardías alcen su voz
en un bosque de escarcha, en un alba de acianos.



(PLATH, Sylvia. Ariel. Madrid: Nórdica Libros, 2020, p. 31).

7 ago 2021

Amor en la naturaleza

Cómo aman las flores
el sol
¡Aquí parpadea!


How flowers love
the sun
Blinking there!



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 48-49).

15 mar 2021

Descubrimientos


Lluvia dorada llena de mitos de amor (2018),  de Li-Shu Chen
«No somos los primeros en haber visto el polvo de Asia Menor en verano, ni sus piedras calientes al rojo vivo, ni las islas que huelen a sal y a hierbas aromáticas, ni el cielo ni el mar rabiosamente azules. Todo ha sido ya probado y experimentado en mil ocasiones, pero, con frecuencia, no ha sido narrado, las palabras que lo contaban no han subsistido, o bien, si es que lo han hecho, no han sido inteligibles para nosotros o ya no nos conmueven. Igual que las nubes en el cielo vacío, nos formamos y disipamos sobre ese fondo de olvido».


(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 297).

24 may 2019

Recuerdos de una infancia

   «Mas no vayamos demasiado aprisa: rodaríamos sin querer por la cuesta que nos devuelve al presente. Contemplemos más bien ese mundo en donde el hombre no estorba todavía, esas pocas leguas de bosque cortado por algunas landas, que se extienden casi sin interrupción desde Portugal hasta Noruega, desde las dunas hasta las futuras estepas rusas. Recreemos dentro de nosotros ese océano verde –no inmóvil, como lo son las tres cuartas partes de nuestras reconstrucciones del pasado–, sino moviéndose y cambiando en el transcurso de las horas, de los días y de las estaciones, que fluyen sin haber sido computados por nuestros calendarios ni por nuestros relojes. Contemplemos cómo enrojecen en otoño los árboles de hoja caduca, y cómo mecen los abetos en primavera sus hojas recientes, cubiertas aún de una delgada cápsula parda. Bañémonos en ese silencio casi virgen de ruidos de voces y herramientas humanas, sólo interrumpido por los cantos de los pájaros o su llamada de aviso cuando algún enemigo, ardilla o comadreja, se acerca; el zumbido de miríadas de mosquitos, a un mismo tiempo depredadores y presas; el gruñido de un oso que busca un panal de miel en la hendidura de un árbol, mientras las abejas lo defienden zumbando, o asimismo el estertor de un ciervo atacado por un lobo cerval.

2 dic 2017

Pronto estará aquí el vencedor del invierno

Montañas Dolomitas (Italia)
«Pronto estará aquí el vencedor del invierno;
Pronto estas ligaduras de hielo desatarán y fundirán
            Un momento,
Y el aire, el suelo, la ola, bañados estarán de dulzura, de
            Flores y de vida – mil formas surgirán,
De esta tierra muerta y de estos hielos, como de sepulturas
            Escondidas,
Tus ojos, tus oídos – todos tus nobles atributos – todo lo que goza de la belleza natural,
Despertarán y se llenarán.

16 jun 2016

El Túnel del Amor


Tanto si uno está enamorado como si no, atravesar el Túnel del Amor, ubicado a las afueras del pequeño pueblo ucraniano de Klevan,  es un hechizo sin esfuerzo ni protección. 

Se trata de un sublime pasadizo perfectamente moldeado y que nació de la interacción entre la naturaleza y el ser humano.  La frondosa vegetación cubre esta antigua vía por donde todavía circulan los trenes con destino a una fábrica de madera. Las ramas apenas permiten traslucir el sol... no obstante, la tenue luz se vislumbra entre las hojas y ofrece más misticismo a este enclave propio de un cuento de hadas. 

Localmente es conocido como “Тоннель любви” (“Túnel del Amor” en ruso), por la gran atracción que despierta en las parejas de visitantes que se animan a cruzarlo.