Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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20 may 2021
9 ago 2020
15 jun 2020
Hay que proseguir el camino
El sembrador (1888), de Vincent van Gogh |
«Mi experiencia me enseñó, por lo menos,
que si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir
la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida
corriente. Dejará atrás un gran número de cosas, atravesará una frontera
invisible; leyes nuevas, universales y más abiertas empezarán a establecerse
dentro y alrededor de su persona; o se ampliarán las viejas, cuya
interpretación le favorecerá con más largueza; vivirá en una libertad propia de
un orden de seres más elevado. A medida que simplifique su vida, las leyes del
universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la
pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el
aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles
ahora tus cimientos».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en
los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 396).
21 mar 2020
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!
El despertar de Adonis (1899), de John William Waterhouse |
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!, de sus preguntas que
vuelven.
Del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas
de
necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues, ¿quién
es más
necio
que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los
objetos despreciables,
de
la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y
sórdidas
que me rodean,
14 mar 2020
Motivo para una partida
«Dejé los bosques por una
razón tan buena como la que me llevó a ellos. Quizá porque me parecía que tenía
varias vidas más que vivir y que no podía seguir prodigando mi tiempo en
aquélla. Choca y sorprende con qué facilidad e inconsciencia proseguimos una particular
ruta, haciéndonos de ella un camino trillado. No habría vivido allá una semana cuando mis pies habían
hecho ya un camino desde mi puerta a la ribera; y aunque hace ya cinco o seis
años desde que lo recorriera, me resulta claramente aún familiar.
10 feb 2020
Gloria, fortuna o ambición
Cupido (1905), de Edvard Munch
|
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube de luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su
amor,
la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o
ambición,
sino amor o deseo,
yo sería al fin aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
30 ene 2020
Tipos de personas
«Hay personas que “pasan” por la vida, que “gastan su biografía de
puntillas, sin ver y sin ser vistas, escondiéndose de los ojos tanto ajenos
como propios. Son esas personas que nunca están aunque las tengamos al lado. Y
luego están aquellas que incluso en silencio están diciendo, y aún en la
aparente lejanía rezuman vida, como arteria infinita desde la que se distribuye
la sangre que hará y será futuro. Su grandeza lo es por cuanto, sin renunciar a
la imperfección, a lo que cambia, a lo insignificante que nos constituye y nos
construye como humanos, realizan en su carne la transmutación de toda
apariencia: viven intensamente; en ellas razón y poesía se conjugan».
(SANTIAGO
BOLAÑOS, María Fernanda. Introducción.
EN: ZAMBRANO, María. Cartas inéditas (a
Gregorio del Campo). Ourense: Linteo, 2012, p. 29).
31 dic 2019
8 sept 2019
22 nov 2018
Pregón de fiestas
Otoño en Murnau (1908), de Wassily Kandinsky
|
hacen en cada otoño,
cuando
amenazan doradas que va siendo
ya el tiempo de caer,
y se atusan el cuerpo con un débil
coraje, y se demoran
largamente en su herida,
poseídas por el oro germinal
de los últimos frutos.
Entonces vuelve la memoria,
la tensa luz que gime por la altura,
el origen del viento que derrama
a su paso a quien queda
pendiente de ese hilo ya aferrado
a la condena del invierno.
4 sept 2018
Algunos principios vitales
A garden (1869), de Albert Joseph Moore
|
«Por
mediocre que sea vuestra vida, hacedle frente y vividla; no la esquivéis ni la
denostéis. No es tan mala como vosotros mismos. Parece tanto más pobre cuanto
mayor es vuestra riqueza. El buscador de defectos los halla incluso en el
paraíso. Amad vuestra vida, por pobre que sea. Es posible vivir unas horas
amables, emocionantes y gloriosas hasta en un asilo. El sol que se pone se
refleja con igual esplendor en las ventanas del hospicio que en las del rico, y
la nieve se funde frente a ambas puertas, llegada la primavera. No veo por qué
una mente serena no ha de poder hallar tanta satisfacción y gozar de
pensamientos tan estimulantes allí como en un palacio. A menudo nos parece que
son los pobres del pueblo quienes viven de la manera más independiente, quizá
porque son lo suficientemente nobles para recibir sin escrúpulos. En su mayoría
piensan que se hallan por encima de ser mantenidos por el pueblo; pero ocurre
con frecuencia que no se sienten por encima de automantenerse por medios
ilícitos, lo cual debiera ser menos decoroso. Cuidad la pobreza como una
hierba, como salvia. No os intereséis demasiado por adquirir cosas nuevas, sea
vestidos o amigos. Remozad los gastados; volved a los viejos. Las cosas no
cambian; somos nosotros los que cambiamos. Vended vuestras ropas y conservad
vuestras ideas».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 401).
30 ago 2018
16 may 2018
El itinerario de ser persona
Mujer en tres etapas (1894), de Edvard Munch
|
22 mar 2018
24 nov 2017
De la brevedad de la vida
«No hay quien pueda restituirte los años, y ninguno te
restituirá a ti mismo, la edad proseguirá el camino que comenzó, sin volver
atrás ni detenerse; no hará ruido ni te advertirá de su velocidad; pasará con
silencio, no se prorrogará por mandado de los reyes ni por el favor del pueblo;
correrá desde el primer día como se le ordenó; en ninguna parte tomará posada
ni se detendrá. ¿Qué se seguirá de esto? Que mientras tú estás ocupado, huye
aprisa la vida, llegando la muerte, para la cual, quieras o no, es forzoso
desocuparte [...] En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y
futuro. De éstos, el presente es vivísimo, el futuro dudoso, el pasado cierto».
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 126-127).
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 126-127).
14 oct 2017
12 sept 2017
El camino de la vida
Cascada
Seljalandsfoss - Islandia
|
«Ciertamente
que a todos los hombres no se les ha exigido lo mismo por el Destino, o por las
circunstancias; realizar las mismas o análogas azañas [sic], atravesar los
mismos territorios, ni padecer los mismos infortunios, ni alcanzar las mismas
glorias. Ni las circunstancias de lugar y tiempo tan dadas a la variación. Mas
a todos les es exigido recorrer el camino de la vida. Y que un día se le haga
estensible [sic], y entonces sentirse por lo menos perplejo. Mas, se dirá, ¿no
está ahí acaso la tradición esa que corre en toda cultura digna de tal nombre?
29 jul 2017
Vida
Un pájaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado;
vivir, vivir, el sol cruje invisible,
besos o pájaros, tarde o pronto o nunca.
Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón callarse,
o ese regazo ajeno que en la tierra
es un navío dorado para los pelos rubios.
Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;
aquí en la sombra sueño con un río,
juncos de verde sangre que ahora nace,
sueño apoyado en ti calor o vida.
(ALEIXANDRE, Vicente. Espadas
como labios; La destrucción o el amor. Madrid: Castalia, 1993, p. 140).
4 jun 2017
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió
Danza de la vida (1900), de Edvard Munch
|
«'¡Ah de la vida!' ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana y
ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto».
(QUEVEDO, Francisco de. Poemas escogidos. 3ª ed. Madrid: Castalia, 1986, p. 52).