Primavera en Křinice (Chequia) |
«Uno
de los atractivos de la vida en los bosques es que ofrece lugar y ocasión de
ver la llegada de la primavera. El hielo aparece un buen día acribillado de
agujeros como un panal de miel y mis tacones se hunden en él con facilidad. Las
colinas, las nieblas y los rayos de sol, progresivamente más cálidos, van
fundiendo la nieve paulatinamente; los días se alargan sensiblemente y me doy
cuenta de que podré terminar el invierno sin necesidad de reponer los troncos
de mi leñera, pues ya no habrá necesidad de grandes fuegos. Busco los primeros
signos de la llegada de la primavera para tener la suerte de oír el canto de
algún pájaro que llega o el chillido de la ardilla estriada, cuyas provisiones
deben estar casi terminadas, o para ver cómo deja la marmota sus cuarteles de
invierno, aventurando una salida».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 370-371).
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