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4 jun 2017

Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió


Danza de la vida  (1900),  de Edvard Munch
«'¡Ah de la vida!' ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

   Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

   En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto».

(QUEVEDO, Francisco de. Poemas escogidos. 3ª ed. Madrid: Castalia, 1986, p. 52).

1 abr 2017

La maldad humana


Ojo en el ojo  (1894),  de Edvard Munch
«Un personaje delirante de Sade creía que el universo entero, de los astros a los hombres, estaba compuesto de “moléculas malévolas”. Absurdo: ni las estrellas ni los átomos, ni las plantas ni los animales, conocen el mal. El universo es inocente, incluso cuando sepulta un continente o incendia una galaxia. El mal es humano, exclusivamente humano. Pero no todo es maldad en el hombre. El nido del mal está en la conciencia, en su libertad. En ella está también el remedio, la respuesta contra el mal. Ésta es la única lección que yo puedo deducir de este largo y sinuoso itinerario: luchar contra el mal es luchar contra nosotros mismos. Y ése es el sentido de la historia».

(PAZ, Octavio. Itinerario. 1ª ed., 3ª reimp. México: Fondo de Cultura Económica, 1998, p. 140).

24 ago 2015

Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma


Melancolía  (1891),  de Edvard Munch
En el jardín, leyendo,
la sombra de la casa me oscurece las páginas y el frío repentino de finales de agosto
hace que piense en ti.

El jardín y la casa cercana
donde pían los pájaros en las enredaderas, una tarde de agosto, cuando va a oscurecer y se tiene aún el libro en la mano,
eran, me acuerdo, símbolo tuyo de la muerte.
Ojalá en el infierno
de tus últimos días te diera esta visión un poco de dulzura, aunque no lo creo.