Belleza abstracta (5), de Li-Shu Chen
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«Ni la liberación nacional ni la
revolución social son categorías lo suficientemente amplias como para
caracterizar los objetivos de la acción de Gandhi. No le importaban como
objetivo básico, ni la creación de la nación india ni la abolición de la
pobreza. En realidad, se oponía al nacionalismo en su acepción más estrecha,
porque necesitaba que sus compatriotas comprendieran que al asumir enteramente
su condición de ciudadanos indios asumían también la de ciudadanos del mundo, desligados
de lealtades exclusivistas de raza, credo o clase. Y, lejos de desear que los
hombres dejasen de ser pobres, pensaba que una pobreza deliberada, basada en la
renuncia consciente a las cadenas de lo material, era la más feliz de las
condiciones humanas.
Todas sus luchas, independientemente
de sus objetivos concretos, se relacionaron en lo esencial con la calidad de la vida. Quería liberar a los
hombres y la libertad implicaba vivir de acuerdo con la específica forma de
vida –religiosa o nacional– que eligieran. Pero a sus ojos no habían libertad
ni dignidad sin respeto a la libertad y dignidad de los demás; se nos revela,
pues, así un Gandhi más bien universalista que nacionalista».
(WOODCOCK, George. Gandhi. Barcelona: Planeta-De Agostini,
1994, p. 40-41).
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