4 dic 2020

La memoria

La ventana abierta (1921),  de Juan Gris
«Nuestra memoria aleja o acerca los hechos y en otros casos los enriquece o los empobrece, y los transforma para hacerlos vivir. La memoria no es una colección de documentos depositados bien ordenaditos al fondo de no se sabe qué lugar de nosotros mismos; vive y cambia; acerca unos de otros los extremos de la leña seca para que brote de nuevo la llama».  

(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 744).

29 nov 2020

Tarareando Nazim

Tengo ruidos en la nuca, doctor.
Siento el cráneo apretar y crujir,
sobre todo si hay penas. No sé...
Hace ya siete años, doctor,
que en vez de pensamiento tengo ruido
y una pasta muy triste en la cabeza.

Yo haré lo que me diga; yo tendré
paciencia y confianza. Puede ser.
Yo tomaré las medicinas
para poder pensar en mis amigos.

18 nov 2020

Canción de otoño

Beech Forest I (1902), de Gustav Klimt
La queja sin fin
del flébil violín
otoñal
hiere el corazón
de un lánguido son
letal.
Siempre soñando
y febril cuando

suena la hora,
mi alma refleja
la vida vieja
y llora.

6 nov 2020

Silencio


SILENCIO. Silencio.
La creación y el cielo...
–¡Qué copulativa
esa y de enmedio!–
Dios me ha dado un mundo.
Pero, ¿cómo? Hecho.
Pero, ¿cuándo? Ahora.
Pero, ¿qué? Silencio.
Silencio. Preguntó:
¡habla!... Nada: ¡viento!
un va-y-ven de frío
sobre cerca y lejos.

31 oct 2020

Durante el paseo

Sueño,  de Li-Shu Chen
«El Boulevard de la Mer ya estaba iluminado. Era mucho más tarde que de costumbre, una hora al menos. El niño cantó una última vez la sonatina, luego se cansó de ella. Las calles estaban casi desiertas. La gente cenaba ya. Cuando, después del último muelle, el Boulevard de la Mer se perfiló en toda su longitud habitual, Anne Desbaresdes se detuvo.
–Estoy demasiada cansada –dijo.
–Pero tengo hambre –lloriqueó el niño.

17 oct 2020

El salmo y la canción

La dama de Shalott (1888),  de John William Waterhouse
Olvido de los nombres de la costumbre,
de las muescas del recuerdo.
Perdido en el hueco de las cosas,
en la perfección de la flor.
Encuentros
que dejan señal,
o tal vez sentimientos
que abaten torres, que golpean
las paredes del sueño.

¿De dónde los signos, que a su nombre
vida añadieron?
¿De qué manera nos fue dado
reconstruir los fundamentos
de tan despoblada arquitectura
si no tenemos
conciencia clara
de donde caernos muertos?