31 dic 2024

Ahora mismo

Dow Moonrise (1916),
de Arthur Wesley 
Ahora mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que no digo
y me pongo a remendar. Ninguno de los prodigios
que anunciaban taumaturgos insignes
se ha cumplido, y los años pasan deprisa.
De nada a poco, y siempre con el viento de cara,
qué largo camino de angustia y de silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de disciplente melancolía
que nos ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos apenas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
territorio para vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quiénes somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, ¡y adelante!
que todo está por hacer y todo es posible.

22 dic 2024

Teología 2

La Transfiguración (1516-1520), de Raffaello Sanzio
«El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, a la hora de los rumores mágicos, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias».


(GALEANO, Eduardo. El libro de los abrazos. 34ª reimp. Madrid: Siglo XXI de España, 2015, p. 75).

13 dic 2024

Tú pones mi buena suerte en mi viernes


Yo sé que te he dicho mil veces
Que nadie te va a querer, como yo lo voy a hacer 
Que tú pones buena suerte en mi viernes 13.
Y si la vida me da a escoger
Te escojo a ti, otra vez…

7 dic 2024

También mueren los lugares donde fuimos felices

Paseo, de Jun Sun
Siento mi corazón en la dulzura
fundirse como ceras:
son un óleo tardo
y no un vino mis venas,
y siento que mi vida se va huyendo
callada y dulce como la gacela.



(MISTRAL, Gabriela. Poesías completas. Santiago de Chile: Andrés Bello, 2001, p. 549).

29 nov 2024

Siempre ser mi amigo

Behind the wall, de Michael Kidd
Siempre será mi amigo no aquel que en primavera
sale al campo y se olvida entre el azul festejo
de los hombres que ama, y no ve el cuero viejo
tras el nuevo pelaje, sino tú, verdadera

amistad, peatón celeste, tú que en el invierno
a las claras del alba dejas tu casa y te echas
a andar, y en nuestro frío hallas abrigo eterno
y en nuestra honda sequía la voz de las cosechas.



(RODRÍGUEZ, Claudio. Poesía completa (1953-1991). Barcelona: Tusquets, 2001, p. 120).

22 nov 2024

La belleza de la naturaleza

Los campos labrados (1889), de Vincent van Gogh
«Yo quisiera tan sólo tener la prueba de algo que nos tranquilizara y consolara de manera que dejáramos de sentirnos culpables o desgraciados, y poder así marchar sin extraviarnos en la soledad o en la nada; sin temer o calcular nerviosamente el mal que podríamos acarrear inconscientemente a los demás. Ese extraño Giotto, de quien decía su biógrafo que estaba siempre padeciendo y siempre lleno de fogosidad e ideas; pues bien yo quisiera llegar a esta seguridad que te hace sentir vivo, alegre y dichoso en toda ocasión. Eso puede conseguirse mejor en el campo o en una ciudad pequeña que en el infierno parisiense.

15 nov 2024

Soportes de escritura

Lo que escribes con tinta,
con pequeñas letras negras,
puede perderse enteramente
por la acción de una sola
gota de agua.
Pero lo que está escrito
en tu corazón
está allí
por
toda la eternidad.



(Cuentos populares tibetanos. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 1986, p. 39).

11 nov 2024

Mirada cómplice

Nubes rojas (1930), de Emil Nolde

Dos nubes que se besan
se dieron la vuelta
para mirarse


Two clouds kissing
backed up to look
at each other



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 196-197).