 |
Safo
y Faón (1809), de Jacques-Louis David |
«Cada vez que te dejo retengo en
mis ojos el resplandor de tu última mirada. Y, entonces, corro a encerrarme,
apago las luces, evito todo ruido para que nada me robe un átomo de la
substancia etérea de tu mirada, su infinita dulzura, su límpida timidez, su
fino arrobamiento. Toda la noche, con la yema rosada de los dedos, acaricio los
ojos que te miraron».
(STORNI, Alfonsina. Poemas de amor. 3ª ed. Madrid: Hiperión,
2003, p. 25).
No hay comentarios:
Publicar un comentario