17 nov 2014

El adivino

La Sibila Délfica (1509), de Miguel Ángel
            «Decía en la plaza un adivino la bienaventura, cuando le comunicaron que acababan de abrir las puertas de su casa y robado cuanto había en ella. Tan pronto como lo oyó, echó a correr hacia su morada, y al verlo uno le dijo:
            - Hombre, ¿ofreces adivinar la suerte de los demás y no has sabido adivinar la tuya?».


Son muchos los que no saben manejar sus propios negocios, y sin embargo se empeñan en dar consejos y querer dirigir a los demás.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 74).

13 nov 2014

Hermoso dios

Otoño en Murnau (1908), de Wassily Kandinsky
Acaso el mar. Tampoco. El hombre acaso.
Es el otoño. Hermoso dios. La tierra
roja, La piedra, roja. Acaso, un árbol
como la sangre. Hermoso dios. La piedra
y el hombre.

Es el otoño. Entonces. Caminábamos
hacia la cima. El mar en letra impresa.
Corto en palabras, pero en olas ancho.
(...)

Gallarta

Blas de Otero

(recogido en el libro Pido la paz y la palabra. 8ª ed. Barcelona: Lumen, 2001, p. 27).

6 nov 2014

Iris

   Iris y Júpiter  (1701) de Michel Corneille el joven
   «...La veloz Iris, de pies veloces como el viento, no desobedeció; y bajó de los montes ideos a la sagrada Ilión. Como cae de las nubes la nieve o el helado granizo, a impulso del Bóreas, nacido en el éter; tan rápida y presurosa volaba la ligera Iris...».



(HOMERO. La Ilíada. 10ª ed. Madrid: Espasa-Calpe, 1973, p. 157).

30 oct 2014

Tibia alegría

Discos de rojo y azul (c.a. 1911), 
de František Kupka


Casi me alegra
saber que ningún camino
pudo escaparse nunca.

Visibles y lejanas
permanecen intactas las afueras.
  

(GIL DE BIEDMA, Jaime. Las personas del verbo. Palencia: Cálamo, 2009, p. 41).

4 oct 2014

La caída imaginaria

   «Si se hiciera el doble inventario de las metáforas de la caída y de las metáforas de la ascensión, nos sorprendería el número mucho mayor de las primeras. Incluso sin referencia a la vida moral, parece que las metáforas de la caída tienen un realismo psicológico innegable. Desarrollan todas una impresión psíquica que deja, en nuestro inconsciente, huellas imborrables: el miedo a caer es un miedo primitivo. Se le encuentra de nuevo como un componente de miedos muy variados.